Fertilización
La fertilización es junto a la rotación de cultivos y la labranza del suelo, uno de los tres pilares de la agricultura. A largo plazo se puede decir, que la fertilidad de una empresa agrícola, cuya producción está destinada a la elaboración de alimentos, no durará mucho si no se hace una correcta fertilización. En la agricultura biológico-dinámica se le atribuye gran importancia a la fertilización. En ese caso, fertilizamos no en primera línea la planta, sino el suelo: “Fertilizar significa, vivificar el suelo” (Steiner, 1924)
Los fundamentos de la fertilización se basan entonces en la utilización de sustancias orgánicas como guano del establo, compost, abonos verdes, purín o chips de madera. Esta fertilización de base puede ser complementada, en caso de que sea necesario, con calcio, potasio o fósforo en forma de fertilizantes minerales, que estén aceptados por las normas Demeter. En agricultura biológico-dinámica no está permitido el uso de fertilizantes sintéticos nitrogenados, es por eso que cultivamos leguminosas como alfalfa y trébol, para que estas plantas hagan esta labor de fertilizar, a partir de la formación de nódulos en sus raíces en conjunto con bacterias especializadas en la fijación del nitrógeno. Este luego queda disponible para los cultivos que siguen en la rotación. El suelo también posee bacterias que circulan libres en el suelo como el género Azotobacter que producen nitrógeno. Estos microorganismos están supeditados a material orgánico fácil de degradar, de una manera parecida a como la lombriz se alimenta del resto vegetal y estiércol y lo convierte en valioso humus.
Mientras más se provea al suelo con enmiendas orgánicas, mayor será el crecimiento de las poblaciones de lombrices. Cuando se hace un buen manejo del suelo, pueden vivir más de dos millones de lombrices por hectárea en él, que producen entre 100 y 150 q/ha de humus que contienen gran cantidad de nutrientes, y favorecen la fertilidad de la tierra mejorándola. En la agricultura biológico-dinámica el efecto que tienen el guano, el compost, y el purín junto al agregado de los preparados del compost en la fertilización es oro puro. Investigaciones de muchos años en el Instituto para investigaciones en agricultura biológico-dinámica en Darmstadt y en FiBL (Instituto de investigación para la agricultura orgánica) en Suiza, demuestran que la fertilización biológico-dinámica propicia un mayor enraizamiento en el suelo lo cual fomenta la actividad de los microorganismos. En nuestra granja entonces, para aumentar el contenido de humus en el suelo, se realizan composts especiales con chips de madera y el resto de suero de la elaboración de productos lácteos de la granja.
Labranza del suelo
Las labranzas realizadas por el agricultor son variadas y se realizan con distintos implementos. Los tiempos, en los que se utilizaba el caballo quedaron ya en el pasado, y desde hace ya un tiempo que el tractor con el arado y la rastra tomaron mayor protagonismo.
Los suelos pesados del Dottenfelderhof hacen que sea necesario con frecuencia descompactar el suelo. Las plantas a su vez, no pueden en un suelo compactado y sin oxígeno extender sus raíces lo suficientemente, lo que traería un pobre desarrollo de ellas. Luego de dar vuelta el pan de tierra mediante el arado es posible aflojar el suelo en su capa más superficial de 20 cm para que esta capa más “viva” no sea enterrada tan profundamente. El implemento para realizar esto, se llama arado ecológico. La ventaja de arar consiste en que partir del volteo del abono , resto de cosecha, de los abonos verdes, y del resto de las malezas, se puede trabajar óptimamente. Esto incide en una rápida descomposición de esta materia orgánica.
Otras labores de suelo son necesarias para el preparado de la cama de siembra, para bajar la incidencia de las malezas y para mantener el suelo descompactado durante la vegetación. Para ello utilizamos distintos implementos como rastra, grada, desmalezadora. De acuerdo al estado en que se encuentre el suelo y lo que vayamos a cultivar, se usan distintas técnicas de laboreo para mantener la estructura del suelo mullida y para fomentarlo, para cuidar el almacenamiento del agua y para fomentar el crecimiento de las plantas. La fresadora se usa lo menos posible, para no alterar la estructura del suelo. Sin embargo, a pesar de todo esto, nuestro lema es: “hacer uso intensivo cuando se requiera, pero lo más cuidadosamente posible!”.
Una gran ayudante de los agricultores es la lombriz. A través de su recorrido por el suelo mejora la estructura de este, propicia su buena capacidad de drenaje y le proporciona sustancias orgánicas. Es por eso que las técnicas a utilizar deben ser tal que la lombriz no se vea perjudicada.